Los Beatles volvían locas a las niñas. Si no te gustaba el buenito, te gustaba el malote, o el misterioso, o el divertido.
Dos pájaros de un tiro, Serrat y Sabina, ídem, pero con niñas, niños, no tan niñas y no tan niños. El que no es del bohemio gañán es del poeta sensible.
El caso es que cuando se juntan dos cosas personas muy grandes sale algo el doble de grande.
El caso es que todavía no veo al melancólico que le cantaba a Lucía (y el olvido solo se llevó la mitad) pronunciando papelina en el bolsillo vale un polvo.
Pero qué par de pájaros, carajo.
"Quince o veinte copas"
No hay comentarios:
Publicar un comentario