Marta Vidán, estella, junio 2012
-Acá está la carta -dijo con sencillez, como si no tuviera nada de extraordinario.
Tomé la carta e iba a guardarla cuando el ciego agregó, como si hubiera visto mi actitud:
-Léala, no más. Aunque siendo de María, no debe de ser nada urgente.
Yo temblaba. Abrí el sobre, mientras él encendía un cigarrillo, después de haberme ofrecido uno. Saqué la carta; decía una sola frase:
Yo también pienso en usted.MARÍACuando el ciego oyó doblar el papel, preguntó:-Nada urgente, supongo.Hice un gran esfuerzo y respondí:-No, nada urgente.
"Tengo la sensación de que lo urgente nos está escondiendo y nos está camuflando lo importante", contaba la actriz de teatro Vicky Peña, en el reportaje Los oficios de la cultura. Teatro musical (La 2).
Pero el ciego sólo pregunto por la urgencia. No si lo que María decía era importante. Urgente e importante sólo a veces coinciden. Sólo a veces.