Los polos opuestos se atraen. Se complementan, se enriquecen. El ajedrez, por ejemplo no tiene sentido si el blanco y el negro no se entremezclan. Por eso hay extrañas parejas (amorosas o no) que aparentemente no tienen conexión. Pero en realidad, el mero hecho de no tener puntos en común es lo que las mantiene unidas.
Cracovia, julio 2010. @martavidanlo