El e-mail, el sms, el comentario, el privado y el whatsapp están muy bien para lo práctico, lo cotidiano: "Llego en cinco minutos", "Te espero fuera", "¿Nos vemos esta semana?". Son útiles y puede decirse que, a estas alturas, necesarios. Pero no sustituyen al contacto de toda la vida: la tinta y el papel son más lentos, pero más ricos.
No es lo mismo recibir un correo electrónico que una postal: al ordenador no te llega su letra, no recibes algo que la otra persona tuvo en las manos, tocó, dobló con mimo y llevó al buzón de correos con una emoción casi infantil.
Que no se pierda la costumbre de meter los besos y los abrazos en sobres. Que el sms no termine con el sello.