Para hablar no hace falta abrir la boca. Para escuchar a veces sirven los ojos y algo que va más allá de la comprensión, de la inteligencia. Llamémosle intuición.
"Simplemente se puso a charlar, a pocos metros de mis piernas desnudas, con una tranquilidad que parecía un veredicto -cualquier cosa que estuviéramos haciendo debajo de la manta era normal. Era la primera vez que alguien me perdonaba tan rápidamente -con aquella levedad, aquella sonrisa".
(Alessandro Baricco, Emaús)
Katie Melua. If you were a Sailboat
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