Salí de casa media hora y acabé hecha unos zorros. Parto de que los domingos deberían ser anticonstitucionales y, además, llovía, y, además, se me habían chamuscado las tostadas por la mañana. El autobús no se dignó a aparecer. Esperé media hora -¿quién carajo espera media hora a un autobús?- y me quedé helada como el pollo pión y se me empaparon los pies. Me puse de tan mala leche que me volví para casa jurando en hebreo. Todos tenemos derecho a un día tonto de rigor de cuando en cuando, ¿no? Y a comer un litro de helado de una sentada y a echar de menos -echar de menos no está de más-, y también a fundirse con el sofá, porque es domingo y odio los domingos. Y los domingos puedo hacer lo que me dé la puñetera gana.
7 comentarios:
Pues si, tienes derecho a hacer lo que quieras y con quien quieras. Ea!
Bessoooooos
he dicho! jajaja ;)
dí que sí, haz lo que tesalga delossssscojones!
Los domingos son sensacionales, eso lo saben los enanos (y las enanas).
Pc.: dudo mucho que ``para casa´´ esté dicho correctamente, por menos mataron a muchos a base de cutina.
no deberían existir esos días
eh
qué domingamente identificada me siento :)
TOTALMENTE DE ACUERDO!! pero gran diferencia entre tu y yo... es que amo los domingos :) me encanta esa melancolia agridulce y almodonante que me deja!! este blog es una obra maestra, Tuki!
al fin alguien que piensa que los domingos deberian estar prohibidos.. que asco de dia por diós ! por cierto, he encontrado este blog por casualidad pero me pasaré mas a menudo :) saludos
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