Tiempo para pasear, para leer, para mirar al techo. Tiempo para perder el tiempo. Tiempo para escuchar música: una, dos, diez, mil canciones. Tiempo. Tiempo para escribir, para dormir. Tiempo para no pensar en el tiempo. Tiempo para dejar enfriar el cerebro una vez se sobrecalienta, para calentar el sofá. Tiempo para el cine. Tiempo para cantar. Tiempo. T-i-e-m-p-o. Tiempo para que no se escape el tiempo.
Nocturnos de Fauré.